CHALET CON VISTAS AL MAR Y MONTAÑA
Situada en la cima de una ladera, dentro de una de las urbanizaciones más consolidadas de Valencia, Casa de la Cantera nace de las condiciones extremas del terreno con la voluntad de escalar la pendiente para ganar vistas al paisaje.
El esquema de la casa consta de una superposición de cajas abrazadas por el propio terreno. La casa queda enclavada en la montaña mediante un vacío que la independiza de su entorno inmediato generando un universo propio que recoge al que lo habita.
La parte inferior de la casa queda agazapada e integrada en el terreno mientras que la parte superior se abre a dos paisajes contrapuestos: por un lado, las vistas se dirigen hacia el mar buscando una conexión con el horizonte con el filtro intermedio de la piscina; y por otro hacia el monte mediterráneo.
En la parte superior, definida como un espacio fluido, convergen las zonas de día. La terraza y la piscina han sido a la vez concebidas como una prolongación de la planta y una conexión con el paisaje. La piscina es un prisma que se extiende en las alturas volando sobre las habitaciones y el gimnasio.
La idea de apertura queda reforzada mediante una fachada frontal acristalada, sin ningún tipo de apoyo intermedio, que enmarca una vista panorámica hacia el mar. Al abrir las visuales al frente y apoyar únicamente en los planos laterales se obtiene una sensación de ligereza y transparencia que hace de Casa de la Cantera un lugar sereno, conectado con el horizonte. La apariencia masiva y estructural de la vivienda es una proyección de la expresividad de los materiales en bruto.
El enjambre de hormigón blanco ejecutado in situ queda atravesado por un núcleo central de ónix amarillo retroiluminado que cose verticalmente toda la vivienda mediante unas escaleras del mismo material. Los peldaños volados se expresan como grandes tablas macizas de ónix que emiten luz por todas su caras. Este efecto se produce gracias a un nuevo diseño patentado para su estructura interna.
Los grandes formatos retroiluminados de piedra natural confieren a la vivienda el carácter tectónico que la conecta, metafóricamente, con las entrañas de la tierra.
Las impresionantes piezas de ónix vulcano adquieren un carácter casi escultural participando en las estancias de noche como un lienzo sobre el que admirar las cualidades plásticas de la piedra natural