Antes de decidirnos sobre qué tipo de césped comprar tienes que saber algunas cosas: qué ventajas tiene cada uno, cuáles son sus inconvenientes, qué necesito saber antes de realizar la inversión, qué mantenimiento tiene… Hoy en TreceCasas te resolvemos todas estas dudas:
El césped natural siempre ha sido la opción más tradicional. Sin embargo, este tipo de césped exige una serie bastante compleja de tareas de mantenimiento: segar con periodicidad, erradicar las malas hierbas, abonar el terreno, controlar la existencia de plagas, hongos o insectos, regar con frecuencia, arreglar las calvas y mantener la uniformidad de color, etc. Todas estas tareas requieren tiempo y esfuerzo, lo que hace que sea bastante costoso mantener un césped natural en condiciones aceptables. Además está la cuestión económica: los abonos y fertilizantes, por un lado, y el mayor consumo de agua, por otro, elevan los costes de mantenimiento de patios y jardines con césped natural, por no mencionar gastos menores, como la electricidad de la máquina segadora.
Pero el césped natural también presenta algunas ventajas. Entre las principales se encuentran sus buenos niveles de absorción de polución y ruidos. Además, la hierba disipa mejor el calor y es muy versátil para adaptarse a diferentes espacios, más allá de su forma y tamaño.
A diferencia del natural, el césped artificial no depende de tareas frecuentes de mantenimiento para lucir siempre verde. Evita las típicas tareas de jardinería: segar, desmalezar, fumigar y fertilizar. Con relación al riego, sí lo necesita para conservarse limpio y asentado, pero en cantidades mucho menores en comparación con el césped natural, lo que representa un buen ahorro de agua. El césped artificial exige un procedimiento periódico de desinfección patógena, ya que su actividad microbiana no se autorregula.
Sin embargo, el césped artificial necesita un mantenimiento mínimo para evitar algunos problemas. Por un lado, es preciso el lavado y peinado casi cotidiano de las hebras; por otro, un procedimiento periódico de desinfección patógena, debido a que en este tipo de superficies suele presentarse una actividad microbiana que no se autorregula como sucede con el césped natural.
Ahora que ya tienes toda la información, ¿qué tipo de césped prefieres?